20 de noviembre de 2012

El papel de los símbolos y la tecnología en las elecciones estadounidenses


El papel de los símbolos y la tecnología en las elecciones estadounidenses, temas centrales en la apertura del Forun Universidad de Navarra

- Rafa Rubio y Antoni Gutiérrez-Rubí, consultores y expertos en comunicación política, participaron en la sesión

Pamplona, 20 de noviembre. El Foro Universidad de Navarra 2013 (FORUN) se inauguró con una mesa redonda sobre “Democracia 2.0. La política en la era digital. El caso de las elecciones en USA”. En ella participaron Antoni Gutiérrez-Rubí, asesor de comunicación del ex presidente de la Generalitat José Montilla y consultor político de Ideograma; y Rafa Rubio, consultor de comunicación y redes sociales en Dog Comunicacion. El encargado de moderar la mesa redonda fue Jordi Rodríguez-Virgili, subdirector del Máster en Comunicación Política y Corporativa de la Universidad.

El primero en tomar la palabra fue Antoni Gutiérrez-Rubí, quien, a través de 12 fotografías e iconos, explicó las 12 claves de la campaña electoral norteamericana. El asesor contó durante su intervención que esta ha sido “la campaña electoral de la segmentación exhaustiva” y que “nunca antes en unas elecciones se había tenido acceso a tantos datos”. Además, hizo referencia a lo gastado por los partidos durante la campaña, 6.000 millones de dólares, una cifra que consideró “escandalosa en las circunstancias actuales”.

Asimismo, se aventuró a hablar del que, según él, debería ser el relevo natural de Mitt Romney, Paul Ryan, del que dijo que “será la próxima silla republicana” y “un rival a tener en cuenta por los demócratas”.

Por su parte, Rafa Rubio centró su intervención en el poder de la tecnología en la campaña electoral norteamericana. “El online ha desaparecido; ahora todo es uno. Ya no existe campaña en tierra y campaña en la Red”, afirmó.

Además, el consultor ofreció una visión novedosa de los ciclos presidenciales estadounidenses de los que dijo que se agrupaban por periodos de 40 años. “Cada ciclo dura 40 años y durante ese periodo el 70% de los presidentes son del mismo partido. Ahora debería tocar otro cambio de ciclo”, explicó a los asistentes.

Por último, afirmó que Romney ha perdido las elecciones porque ha llevado a cabo “una campaña nacional, no de fragmentación” y predijo que las campañas cada vez van a durar más tiempo. “En esta ha habido superávit. Se ha recaudado más dinero del que se puede gastar y esto va a hacer que las campañas empiecen antes porque hay fondos para costearlas durante más tiempo”, concluyó.

Forun es un congreso para alumnos que busca abrir un espacio de reflexión y diálogo sobre valores presentes en el mundo universitario y cuestiones actuales, y que facilita la interacción entre profesores y estudiantes de diferentes carreras. El tema central de este año es "Descubrir la identidad humana en un mundo digital”.

9 de noviembre de 2012

Apuntes sobre la campaña más cara de la historia

Francisco J. Pérez-Latre
Facultad de Comunicación Universidad de Navarra


Fecha: Jue, 08/11/2012 - 11:09
Publicado en: Diario de Navarra

La elección se decidía en una decena de estados “disputados” (Florida, Virginia, Ohio, Wisconsin, Iowa, Colorado, Carolina del Norte, New Hampshire y Nevada). Al final, Obama los ha ganado todos menos Carolina del Norte,  a falta del recuento en Florida. Demócratas y republicanos han incrementado su capacidad de llegar a “públicos objetivos” concretos y minorías étnicas, en un país cada vez más dividido y que se transforma demográficamente.

La campaña se ha caracterizado por la inundación de mensajes publicitarios en los estados “disputados” (los llamados battlegrounds). Ha sido la campaña más cara de la historia. A 30 de octubre, los candidatos habían gastado ya 406 millones de dólares sólo en Florida, Virginia y Ohio.  La maquinaria de captación de fondos de los partidos consiguió recursos hasta el final. Según el Washington Post, Romney recaudó 1.176 millones de dólares y Obama 1.076. El escenario ha sido distinto al de 2008, cuando la ventaja económica de Obama sobre McCain en el último mes fue considerable.

Barack Obama ha logrado la victoria con escasa ventaja, dentro de los mejores escenarios que le planteaban los últimos sondeos. Los votantes han interpretado que la crisis económica no justifica un cambio de inquilino en la Casa Blanca. Estaba en juego el legado de un presidente que suscitó grandes expectativas. Obama, elegido con más de nueve millones de votos de diferencia en 2008, ha visto reducido su apoyo popular en un proceso que se inició muy poco después de su llegada a la Casa Blanca. A partir de 2009, los “tea parties” empezaron a movilizar el descontento que provocaban algunas de las políticas del Presidente. En las elecciones parciales de 2010, los demócratas sufrieron una derrota severa.

Las campañas de reelección son diferentes a las de elección. Pero quizá el principal problema de Obama ha sido el propio Obama. La esperanza y la visión para el futuro de 2008 se han convertido en la comunicación negativa de 2012. Mitt Romney, por su parte, tardó en presentarse como alternativa viable, y las “bases” republicanas  no terminaban de confiar en él, después de unas largas primarias que no contribuyeron a despejar incógnitas.

Cuando los candidatos llegaron a Denver para su primer debate (3 de octubre), la campaña de Romney parecía moribunda. La contundente victoria de Romney  contribuyó al desenlace incierto que hemos vivido en el último mes.  Las encuestas empezaron a reflejar un cambio de tendencia en la opinión pública. Los estrategas demócratas trataron de contrarrestar la derrota desde el debate entre los candidatos a la vicepresidencia Joe Biden y Paul Ryan, en un debate igualado donde Biden se mostró agresivo y mordaz. Fue el preludio de la actitud de ataque por parte de Obama que caracterizó los dos debates siguientes, que se saldaron con victorias mínimas suyas en las encuestas.

En ciclos de noticias tan largos como las campañas electorales surgen imponderables, imprevistos con consecuencias difíciles de valorar. La verdadera influencia del huracán “Sandy”, que golpeó la Costa Este el 29 de octubre, tardará tiempo en establecerse con certeza. Pero ya hay quién asegura que frenó la tendencia favorable a los republicanos de días anteriores y permitió a Obama “actuar como presidente” a pocos días de las elecciones.

La elección se decidía en una decena de estados “disputados” (Florida, Virginia, Ohio, Wisconsin, Iowa, Colorado, Carolina del Norte, New Hampshire y Nevada). Al final, Obama los ha ganado todos menos Carolina del Norte,  a falta del recuento en Florida. Demócratas y republicanos han incrementado su capacidad de llegar a “públicos objetivos” concretos y minorías étnicas, en un país cada vez más dividido y que se transforma demográficamente.

La campaña se ha caracterizado por la inundación de mensajes publicitarios en los estados “disputados” (los llamados battlegrounds). Ha sido la campaña más cara de la historia. A 30 de octubre, los candidatos habían gastado ya 406 millones de dólares sólo en Florida, Virginia y Ohio.  La maquinaria de captación de fondos de los partidos consiguió recursos hasta el final. Según el Washington Post, Romney recaudó 1.176 millones de dólares y Obama 1.076. El escenario ha sido distinto al de 2008, cuando la ventaja económica de Obama sobre McCain en el último mes fue considerable.

Barack Obama ha logrado la victoria con escasa ventaja, dentro de los mejores escenarios que le planteaban los últimos sondeos. Los votantes han interpretado que la crisis económica no justifica un cambio de inquilino en la Casa Blanca. Estaba en juego el legado de un presidente que suscitó grandes expectativas. Obama, elegido con más de nueve millones de votos de diferencia en 2008, ha visto reducido su apoyo popular en un proceso que se inició muy poco después de su llegada a la Casa Blanca. A partir de 2009, los “tea parties” empezaron a movilizar el descontento que provocaban algunas de las políticas del Presidente. En las elecciones parciales de 2010, los demócratas sufrieron una derrota severa.

Las campañas de reelección son diferentes a las de elección. Pero quizá el principal problema de Obama ha sido el propio Obama. La esperanza y la visión para el futuro de 2008 se han convertido en la comunicación negativa de 2012. Mitt Romney, por su parte, tardó en presentarse como alternativa viable, y las “bases” republicanas  no terminaban de confiar en él, después de unas largas primarias que no contribuyeron a despejar incógnitas.

Cuando los candidatos llegaron a Denver para su primer debate (3 de octubre), la campaña de Romney parecía moribunda. La contundente victoria de Romney  contribuyó al desenlace incierto que hemos vivido en el último mes.  Las encuestas empezaron a reflejar un cambio de tendencia en la opinión pública. Los estrategas demócratas trataron de contrarrestar la derrota desde el debate entre los candidatos a la vicepresidencia Joe Biden y Paul Ryan, en un debate igualado donde Biden se mostró agresivo y mordaz. Fue el preludio de la actitud de ataque por parte de Obama que caracterizó los dos debates siguientes, que se saldaron con victorias mínimas suyas en las encuestas.

En ciclos de noticias tan largos como las campañas electorales surgen imponderables, imprevistos con consecuencias difíciles de valorar. La verdadera influencia del huracán “Sandy”, que golpeó la Costa Este el 29 de octubre, tardará tiempo en establecerse con certeza. Pero ya hay quién asegura que frenó la tendencia favorable a los republicanos de días anteriores y permitió a Obama “actuar como presidente” a pocos días de las elecciones.

La campaña se ha caracterizado por la inundación de mensajes publicitarios en los estados “disputados” (los llamados battlegrounds). Ha sido la campaña más cara de la historia. A 30 de octubre, los candidatos habían gastado ya 406 millones de dólares sólo en Florida, Virginia y Ohio.  La maquinaria de captación de fondos de los partidos consiguió recursos hasta el final. Según el Washington Post, Romney recaudó 1.176 millones de dólares y Obama 1.076. El escenario ha sido distinto al de 2008, cuando la ventaja económica de Obama sobre McCain en el último mes fue considerable.

Barack Obama ha logrado la victoria con escasa ventaja, dentro de los mejores escenarios que le planteaban los últimos sondeos. Los votantes han interpretado que la crisis económica no justifica un cambio de inquilino en la Casa Blanca. Estaba en juego el legado de un presidente que suscitó grandes expectativas. Obama, elegido con más de nueve millones de votos de diferencia en 2008, ha visto reducido su apoyo popular en un proceso que se inició muy poco después de su llegada a la Casa Blanca. A partir de 2009, los “tea parties” empezaron a movilizar el descontento que provocaban algunas de las políticas del Presidente. En las elecciones parciales de 2010, los demócratas sufrieron una derrota severa.

Las campañas de reelección son diferentes a las de elección. Pero quizá el principal problema de Obama ha sido el propio Obama. La esperanza y la visión para el futuro de 2008 se han convertido en la comunicación negativa de 2012. Mitt Romney, por su parte, tardó en presentarse como alternativa viable, y las “bases” republicanas  no terminaban de confiar en él, después de unas largas primarias que no contribuyeron a despejar incógnitas.

Cuando los candidatos llegaron a Denver para su primer debate (3 de octubre), la campaña de Romney parecía moribunda. La contundente victoria de Romney  contribuyó al desenlace incierto que hemos vivido en el último mes.  Las encuestas empezaron a reflejar un cambio de tendencia en la opinión pública. Los estrategas demócratas trataron de contrarrestar la derrota desde el debate entre los candidatos a la vicepresidencia Joe Biden y Paul Ryan, en un debate igualado donde Biden se mostró agresivo y mordaz. Fue el preludio de la actitud de ataque por parte de Obama que caracterizó los dos debates siguientes, que se saldaron con victorias mínimas suyas en las encuestas.

En ciclos de noticias tan largos como las campañas electorales surgen imponderables, imprevistos con consecuencias difíciles de valorar. La verdadera influencia del huracán “Sandy”, que golpeó la Costa Este el 29 de octubre, tardará tiempo en establecerse con certeza. Pero ya hay quién asegura que frenó la tendencia favorable a los republicanos de días anteriores y permitió a Obama “actuar como presidente” a pocos días de las elecciones.

Barack Obama ha logrado la victoria con escasa ventaja, dentro de los mejores escenarios que le planteaban los últimos sondeos. Los votantes han interpretado que la crisis económica no justifica un cambio de inquilino en la Casa Blanca. Estaba en juego el legado de un presidente que suscitó grandes expectativas. Obama, elegido con más de nueve millones de votos de diferencia en 2008, ha visto reducido su apoyo popular en un proceso que se inició muy poco después de su llegada a la Casa Blanca. A partir de 2009, los “tea parties” empezaron a movilizar el descontento que provocaban algunas de las políticas del Presidente. En las elecciones parciales de 2010, los demócratas sufrieron una derrota severa.

Las campañas de reelección son diferentes a las de elección. Pero quizá el principal problema de Obama ha sido el propio Obama. La esperanza y la visión para el futuro de 2008 se han convertido en la comunicación negativa de 2012. Mitt Romney, por su parte, tardó en presentarse como alternativa viable, y las “bases” republicanas  no terminaban de confiar en él, después de unas largas primarias que no contribuyeron a despejar incógnitas.

Cuando los candidatos llegaron a Denver para su primer debate (3 de octubre), la campaña de Romney parecía moribunda. La contundente victoria de Romney  contribuyó al desenlace incierto que hemos vivido en el último mes.  Las encuestas empezaron a reflejar un cambio de tendencia en la opinión pública. Los estrategas demócratas trataron de contrarrestar la derrota desde el debate entre los candidatos a la vicepresidencia Joe Biden y Paul Ryan, en un debate igualado donde Biden se mostró agresivo y mordaz. Fue el preludio de la actitud de ataque por parte de Obama que caracterizó los dos debates siguientes, que se saldaron con victorias mínimas suyas en las encuestas.

En ciclos de noticias tan largos como las campañas electorales surgen imponderables, imprevistos con consecuencias difíciles de valorar. La verdadera influencia del huracán “Sandy”, que golpeó la Costa Este el 29 de octubre, tardará tiempo en establecerse con certeza. Pero ya hay quién asegura que frenó la tendencia favorable a los republicanos de días anteriores y permitió a Obama “actuar como presidente” a pocos días de las elecciones.

Las campañas de reelección son diferentes a las de elección. Pero quizá el principal problema de Obama ha sido el propio Obama. La esperanza y la visión para el futuro de 2008 se han convertido en la comunicación negativa de 2012. Mitt Romney, por su parte, tardó en presentarse como alternativa viable, y las “bases” republicanas  no terminaban de confiar en él, después de unas largas primarias que no contribuyeron a despejar incógnitas.

Cuando los candidatos llegaron a Denver para su primer debate (3 de octubre), la campaña de Romney parecía moribunda. La contundente victoria de Romney  contribuyó al desenlace incierto que hemos vivido en el último mes.  Las encuestas empezaron a reflejar un cambio de tendencia en la opinión pública. Los estrategas demócratas trataron de contrarrestar la derrota desde el debate entre los candidatos a la vicepresidencia Joe Biden y Paul Ryan, en un debate igualado donde Biden se mostró agresivo y mordaz. Fue el preludio de la actitud de ataque por parte de Obama que caracterizó los dos debates siguientes, que se saldaron con victorias mínimas suyas en las encuestas.

En ciclos de noticias tan largos como las campañas electorales surgen imponderables, imprevistos con consecuencias difíciles de valorar. La verdadera influencia del huracán “Sandy”, que golpeó la Costa Este el 29 de octubre, tardará tiempo en establecerse con certeza. Pero ya hay quién asegura que frenó la tendencia favorable a los republicanos de días anteriores y permitió a Obama “actuar como presidente” a pocos días de las elecciones.

Cuando los candidatos llegaron a Denver para su primer debate (3 de octubre), la campaña de Romney parecía moribunda. La contundente victoria de Romney  contribuyó al desenlace incierto que hemos vivido en el último mes.  Las encuestas empezaron a reflejar un cambio de tendencia en la opinión pública. Los estrategas demócratas trataron de contrarrestar la derrota desde el debate entre los candidatos a la vicepresidencia Joe Biden y Paul Ryan, en un debate igualado donde Biden se mostró agresivo y mordaz. Fue el preludio de la actitud de ataque por parte de Obama que caracterizó los dos debates siguientes, que se saldaron con victorias mínimas suyas en las encuestas.

En ciclos de noticias tan largos como las campañas electorales surgen imponderables, imprevistos con consecuencias difíciles de valorar. La verdadera influencia del huracán “Sandy”, que golpeó la Costa Este el 29 de octubre, tardará tiempo en establecerse con certeza. Pero ya hay quién asegura que frenó la tendencia favorable a los republicanos de días anteriores y permitió a Obama “actuar como presidente” a pocos días de las elecciones.

En ciclos de noticias tan largos como las campañas electorales surgen imponderables, imprevistos con consecuencias difíciles de valorar. La verdadera influencia del huracán “Sandy”, que golpeó la Costa Este el 29 de octubre, tardará tiempo en establecerse con certeza. Pero ya hay quién asegura que frenó la tendencia favorable a los republicanos de días anteriores y permitió a Obama “actuar como presidente” a pocos días de las elecciones.

Ahora Obama tendrá que gestionar su apretada victoria trabajando con una Cámara de Representantes de mayoría republicana. Los republicanos reflexionarán sobre su segunda derrota presidencial consecutiva entre las recriminaciones mutuas que suelen producirse cuando se pierde. Suenan ya con fuerza nombres como Marco Rubio, Jeb Bush o Paul Ryan. Obama tendrá cuatro años más para desarrollar su proyecto económico y social. Y volveremos a hablar de Hillary Clinton, que ahora deja la Secretaría de Estado.

Ahora Obama tendrá que gestionar su apretada victoria trabajando con una Cámara de Representantes de mayoría republicana. Los republicanos reflexionarán sobre su segunda derrota presidencial consecutiva entre las recriminaciones mutuas que suelen producirse cuando se pierde. Suenan ya con fuerza nombres como Marco Rubio, Jeb Bush o Paul Ryan. Obama tendrá cuatro años más para desarrollar su proyecto económico y social. Y volveremos a hablar de Hillary Clinton, que ahora deja la Secretaría de Estado.


Las elecciones estadounidenses son escenario privilegiado para aprender comunicación y medios. Las de 2012 no han sido excepción. Sin ánimo de ser exhaustivos, ahí van algunas claves e hitos que pueden ayudar a poner en perspectiva esta campaña.
Desde  la crisis financiera de septiembre de 2008, hablamos y pensamos sobre la crisis de los medios, la economía y la política. Muchos coinciden en que es una crisis de valores que invita a la reflexión. La campaña estadounidense de 2012 refleja también esa crisis. La política es lugar para la solidaridad y el bien común. Pero las campañas se centran en el miedo y difunden mensajes simplistas y esquemáticos que difuminan los matices y, con ellos, la posibilidad de los acuerdos y alianzas que reclama la crisis. En el mejor de los casos, la ciudadanía se decanta por la opción menos mala. La política está huérfana de ejemplos e ideales grandes. No hay que olvidar que lo que de verdad comunica son las ideas brillantes y las políticas que ofrecen respuestas a los problemas.